2012年7月11日水曜日

Y aún con el intransigente mapa de tus ojos.. te siguía amando Anneliese.



Ella tenía ese tipo de belleza.. ese tipo de belleza que no podría repetirse ni es un millón de años, ese tipo de belleza que no tiene palabras suficiente para describirse, ese tipo de belleza que no puede ser fotografiada y mucho menos enmarcada, la belleza que ella tenía era similar al sentimiento sublime que emerge de la radiante voz de una melodía, de un adagio, de la tranquilidad plena, del éxtasis perpetuo. Su belleza es como morir en la más grata eufonía, un deleite eterno.

Y yo tengo que admitir, que no me volvían loco ni sus labios carmín, ni su cabello azabache, no me volvían loco inclusive sus profundos ojos negros que invitaban a la penumbra eterna, a la perdición sincera; Lo que me hacía perder mi poca cordura y caer en la demencia, era el dulce y transparente acordé de su voz, el ímpetu en sus majestuosas palabras que como un declive me engendraban en mi desespero y pasión. Y si bien ella no era perfección, si era lo más cercano en este mundo a ésta, ya que lo único que la separa de ser un ángel eran sus penas y tristezas, su mortal existencia.

Ella llegaba y con su sola presencia detenía el mundo, hacia temblar al cielo, se agrietaba el mar y todos permanecían quietos, por un momento hasta el mismo universo moría ahogado en silencio; Todo por ella.. la dueña de mis desvelos, de mis más profundos deseos.

¿Y quién era yo? Ni siquiera la admiraba.. no, ella simplemente me enamoraba, con la virtud de su presencia y la más sincera adoración, con la ternura en su mirada y la más noble devoción; ¿Quién era yo? Yo era un tonto más engañado por el profundo orbe de sus ojos luceros, por la sincopía de sus misterios, por sus calcinantes besos, por mi mismo infierno.

Oh Anneliese, si me lo pides olvido o detengo el tiempo, por ti vuelvo a renacer o incluso muero, pero dime por favor, ¿qué fue lo qué me has hecho?


-03 de Septiembre de 1885



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