Lucero de la mañana, la flor de todos los sones, canta La Martiniana, que rompe los corazones.
No me llores, no, no me llores, no; porque si lloras yo muero, en cambio si tú me cantas, yo siempre vivo y nunca muero.
Si quieres que no te olvide, si quieres que te recuerde, toca sones del alma, mi vida, música que no muere.
Te extraño...
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