Sin algún retorno visible, empiezo a caminar por la única ruta que queda, viendo todos mis sueños desde algún lugar, como un Déja Vu.
Así a sido desde entonces, pasando a través, caminando y siguiendo, es una buena dirección y todo... Pero el camino de vuelta es espantoso...
¿Así que naciste y morirás aquí? No importa cuánto te resistas, nadie puede escapar de esta Rueda de la Fortuna, que gira cuando las cigarras lloran.
Ellos me están mirando fijamente, me aterra tanto que sólo deseo dormir por siempre, escuchando la canción de cuna que solías cantarme, lo sé, los más pequeños son buenos niños, de modo que van a dormir facilmente, en cambio yo no he dormido bien en meses, los últimos momentos antes de morir, los veo reflejados en mi mente.
¿Naciste aquí y morirás aquí? no importa cuánto te resistas, nadie puede nunca escapar...
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