2013年5月4日土曜日


So much, you just can't understand


‘‘A mi dulce Annabel la conocí un mes de Abril, recatada y bonita, como luz inoxerable que impacientaba mi alma y la bordaba de esperanza. ’’


 17 de Junio de 1892. 

 Cuando la estación pastel decayó en Verano, Aloysia ya había dejado un hueco en mi corazón, había desangrado mi alma completamente con sus mentiras y su orgullo, ¿Quién era yo en aquel entonces para juzgar a mi querida Aloysia?, ¿Había cambiado tanto mi amor?, ¿O fue quizá que nunca la conocí realmente?

 Pero su alma de niña, su tranquilidad y lo profundo de su ser me enamoro, o más bien, me cautivó como cautiva la lluvia al artista, la música a quien padece de insensata melomania, quería proteger el quebrantado ser que ella no mostraba nunca y se empeñaba en ocultar bajo su manto de grandeza, pero que sin embargo y como magia, mis ojos lograban ver y comprender casi a la perfección sin necesidad de nada.

 Oh, Aloysia, nunca debiste volar lejos, Aloysia, nunca debiste cortar de forma tan brusca tu propio futuro, nunca debiste en primer lugar, posar tus ojos sobre mí y mi abatida alma.

 Con el pasar del tiempo, te extrañaba cada vez más, Aloysia, pero ya no eras tú a quien mi corazón anhelaba, no te amaba más, amaba tu recuerdo y a quien fuiste en aquella estación pastel, entendí que quizá no comprendía en ese momento, que nuestro tiempo había muerto con la primavera andante, que tú y yo fuimos encaprichadas por el falaz destino que nos enmarcó.


 ¿Un ángel puro y celestial como tú y un ser maldito como yo? Jamás

 No me odies Aloysia, que yo nunca podría odiarte.
 No me olvides Aloysia, que yo nunca podría olvidarte.



-Memorias de Villefort.

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