‘‘Here comes a gale, a crippling anger.’’
Febrero 6.
‘‘Pater Noster qui es in caelis’’
Las voces no se callan nunca, gritan y susurran palabras que cualquiera que escuchase caería en una catatonia, una locura descomunal. Siento un vacío en mi pecho, ausencia de un futuro o un milagro, he perdido después de tanto implorar mi fe. Dicen que mi corazón late lento, pero yo siento mi pulso como una ráfaga, triturando cada sentido en mi. Es entonces que me doy cuenta, ha nacido un nuevo inquisidor, corrupto este reinó al placer de unos cuantos.
Febrero 11.
‘‘Sanctificétur nomen Tuum’’
‘‘Sanctificétur nomen Tuum’’
Entre todas las voces que atormentan mi trastorno, hay una que nunca adolece, femenina y ruidosa, revuelca mi cabeza con el mismo huracán de pensamientos que he tenido desde aquel momento en mi niñez, pero uno siempre precede en su desgracia; el deseo de morir.
A veces grita al unísono con las demás degradando mi valentía, haciéndome sentir nada, sin valía, y yo la odio más que a mí misma porque son sus ojos mi reflejo, quiero que se silencie para siempre, erradicarla de por vida para que nunca resurja, matarla con violencia o ignorarla con crueldad, entonces cesa y viene la falsa paz, y me doy cuenta entonces que he despertado de nuevo.
Febrero 15.
‘‘Adveniat Regnum Tuum’’
Otra voz entre tantas, me invita al mismo lugar, me incita al sueño eterno, sólo que a diferencia de las otras es dulce y placentera, como un sueño endeble, me convence o me dejo convencer por sus palabras, "Se una buena niña" me dice en mi compulsión. Guardo mis cosas, limpio, ordeno, me pierdo en mi cotidianidad tan simple y tan meticulosamente para así no escuchar, ignorar y mantenerme alejada, pero ella espera por mi cuando la soledad me embarga, siempre me lo dice cuando la encuentro o ella me encuentra a mi, "No sentirás nada, sólo paz y silencio para la eternidad."
Febrero 19.
‘‘Fiat volúntas tua sicut in caelo et in terra.’’
Confieso estar tan cansada que he pensado en reunirme con ella, que me arrastré para siempre, porque a diferencia de las otras, no es brusca, es suave y ligera, como un réquiem, me atrapa y embriaga entre su decadencia, y si no fuera por cobarde la complacería al final. "Se una buena niña y ven conmigo, no sufras." Dice que si no voy con ella, las otras voces, el ruido y la violencia, tarde o temprano me carcomerán, no se habrá significado nada entonces este suplicio. "Tú no quieres vivir de esta forma." dice ella que el silencio y el olvido eterno es lo mejor para mi, que es cálido como su voz, como un andante sinfónico, que nunca estaré sola porque nunca lo sentiré, mientras ella me sostenga, el tiempo perecerá. Y es cuando guardan silencio que entiendo lo que en esos sonidos fabrican, ellas dicen que nadie vendrá a salvarme, que huir o levantarme por mi misma es lo mejor, algunas cuentan historias de como realmente nunca importo mi decadencia y otras casi me han convencido de dudar de esta realidad, de odiar todo con tanto fervor como las odio a ellas.
Febrero 21.
‘‘Sed libera nos a malo...’’
Al final sólo la muerte las acallara a todas, sólo su misericordia me dará paz, pero mi deseo de reunirme con ella no es suficiente, tengo que encontrar alguna forma… ¿cómo puedo hacer tal cosa?
Mi peor maldición en este mar de pesadumbre es saberme cuerda de razón entre tanta locura insana, me doy cuenta de todo, distorsionen mi realidad o no, son ellas contra mi, siempre lo ha sido así, espíritus que no alcanzan mi comprensión o quizá tan sólo algún estrago de un estado mental.
Pero una cosa es segura, mientras viva, mientras tenga esta enfermedad, jamás estaré bien...